He sentido miedo a la muerte, y he sentido miedo, a imaginar dónde estarás cuando te hayas ido. Entonces, he acudido al Teatro, para hacerte saber que también me dará miedo imaginarte ahí, sola, e imaginarme a mí mismo, solo, cuando hayas partido.
Y supongo, que alguien más, que algún espectador, reconocerá en nuestras palabras, también su propio miedo a la muerte y entonces, tal vez, se sienta reconfortado cuando tres seres humanos, le compartan esta historia particular sobre un hombre y una mujer que cada noche, caminan hacia la muerte y se despiden de los que aman.
Tal vez sea una forma de ir advirtiendo que no habrá suficientes palabras para cuando te hayas ido. Y que sin embargo, el Teatro nos permitirá, al menos esta vez, hablarnos al oído aún cuando te halles ya, en esa otra cara del mundo, en ese territorio inexplorado.